Hablábamos en una entrada anterior sobre la importancia de mantener nuestros equipos perfectamente ventilados, sobre todo los portátiles por lo reducido de su carcasa. Para ello todos los equipos disponen de un sistema de ventilación que sirven para enfriar el interior, ya que componentes como el procesador y la tarjeta gráfica generan mucho calor.
El funcionamiento es muy simple, el aire entra en el portátil ayudado por un ventilador. El ventilador se encarga de enfriar el radiador, saliendo de éste por una tobera. Al estar el radiador vinculado con el procesador y la tarjeta gráfica, el aire los enfría. El ciclo se repite de manera constante, consiguiendo así mantener la temperatura interior del portátil.
El problema reside en que el aire contiene partículas de suciedad y polvo y que al entrar en el equipo va recubriendo dichos componentes de suciedad provocando un mal funcionamiento y por lo tanto un sobrecalentamiento del equipo.
Los indicios más claros de este problema son:
Si se nota cualquiera de estos indicios es importante llevar el equipo a reparar para evitar males mayores.